Identidad, Organización, Objetivos y Meta
Es ante todo un camino espiritual, una escucha, un diálogo privado y comunitario con el Espíritu Santo. “El sínodo es un camino de discernimiento espiritual, de discernimiento eclesial, que se realiza en la adoración, en la oración, en contacto con la Palabra de Dios».
Recorrer juntos el camino sinodal de escucha, discernimiento, toma de decisiones e implementación, para fortalecer el proceso evangelizador y así hacer presente el Reino de Dios en la Diócesis de Pasto.
Para alcanzar los propósitos del Sínodo es necesario alcanzar estos propósitos específicos:
Valorar el camino pastoral recorrido, evidenciando el logro de los criterios y de los objetivos planteados en el Proceso de Renovación Pastoral (1998 – 2022), el análisis y actualización de la realidad socio-pastoral de la Diócesis, identificando los nuevos retos y desafíos de la realidad en los diferentes ámbitos local, nacional y mundial, en orden a un nuevo diagnóstico que permita proyectar la tarea pastoral en la Diócesis de Pasto.
Enriquecer el modelo ideal de Iglesia local desde los nuevos horizontes del dinamismo renovador y transformador del Evangelio, del Vaticano II y el Magisterio de la Iglesia, especialmente del Pontificado del Papa Francisco y la Iglesia en Latinoamérica.
Vivir, con intensidad y lucidez, el discernimiento comunitario para interpretar el momento histórico que vive la Diócesis, en una experiencia de lectura de fe de la praxis evangelizadora y que invita a redescubrir el caminar juntos en la comunión, participación y misión.
Construir los lineamientos e indicaciones programáticas que guiarán el trabajo pastoral que debe dar en la Iglesia local, complementándolo con la propuesta de las Normas particulares de carácter pastoral, administrativo y judicial.
Celebrar la experiencia del camino sinodal vivido, proclamando la fe en Jesucristo vivo y renovando el compromiso misionero, a través de un plan de pastoral diocesano pertinente.
El Pueblo de Dios es una comunidad sacerdotal, orgánicamente estructurada desde el origen conforme a la voluntad de su Fundador, que en cada diócesis tiene al frente al Obispo como fundamento y principio visible de su unidad y único representante
Ejercita en el desarrollo del Sínodo, el oficio de gobernar la Iglesia encomendada, a través de las siguientes funciones:
1. Decide la convocatoria
2. Propone las cuestiones a la discusión sinodal
3. Preside las sesiones del sínodo
4. Como único legislador, suscribe las declaraciones y decretos y ordena su publicación (CIC canon 461- 466). De este modo, el sínodo “es a la vez y de modo inseparable acto de gobierno episcopal y acontecimiento de comunión, y manifiesta la índole de comunión jerárquica que es propia de la naturaleza profunda de la Iglesia” (Juan Pablo II, Papa. 13 de noviembre de 1992)
Es relevante el particular papel que en el sínodo corresponde a los presbí- teros, en cuanto “próvidos cooperadores del orden episcopal y ayuda e instrumento suyo, llamados para servir al Pueblo de Dios” (LG n. 28; PO nn. 2 y 7)
Tienen en el Sínodo la oportunidad peculiar de ejercicio de la común responsabilidad de los fieles en la edificación del Cuerpo de Cristo. Son llamados por el Obispo a cooperar con él, juntamente con los sacerdotes, en la tarea de la Evangelización (LG nn. 7 y 32; cfr. can. 463 §§ 1 y 2)
Según el canon 463, son “los representantes del pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis”, que prestan su ayuda al Obispo Diocesano, que son escogidos en conformidad con la norma canónica y que cuentan con experiencia en la vida de la Iglesia; Los sinodales con sus consejos colaboran activamente en todo el proceso Sinodal, especialmente en la Asamblea Sinodal, ayudando en la elaboración de las declaraciones y decretos “sinodales», formulando su parecer o “voto” acerca de las cuestiones por
Todo el mundo puede participar activamente en el proceso sinodal con su oración. El proceso sinodal es ante todo un proceso espiritual. No es un ejercicio mecánico de recopilación de datos ni una serie de reuniones y debates.
Para ser verdaderamente eclesial y eficaz, el camino sinodal de escucha y discernimiento debe buscar siempre ser comunitario y tocar la vida de la comunidad en un contexto específico
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