El Santuario Eucarístico Maridíaz es un espacio de gran importancia para la ciudad de Pasto y la fe católica, con una rica historia que se remonta a la visión y dedicación de la Beata Madre Caridad Brader, fundadora de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada. Esta devota religiosa suiza, con amor filial, trasladó la Casa Madre de su congregación a Pasto, con el deseo de establecer un espacio dedicado a la adoración continua del Santísimo Sacramento. Su sueño se hizo realidad el 21 de julio de 1928, cuando se concedió el permiso de establecer la Adoración Perpetua en Maridíaz.

Este importante acontecimiento se llevó a cabe durante el gobierno pastoral del insigne Obispo de Pasto, Monseñor Antonio María Pueyo de Val, quien trajo la feliz noticia de que la Santa Sede concedía el permiso para establecer la Adoración Perpetua en Maridíaz. La inauguración oficial tuvo lugar el 22 de agosto de 1928, en la fiesta del Inmaculado Corazón de María, con la presencia de 120 Hermanas que hicieron Guardia de Honor toda la noche.

Durante décadas, ha sido un lugar de encuentro y devoción para los fieles católicos, ofreciendo un remanso de paz y un espacio para expresar un encuentro cercano con Jesús Eucaristía. La Adoración Perpetua es un testimonio de fe y devoción que ha marcado la vida espiritual de la comunidad nariñense.