La Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe tiene su origen en el siglo I, cuando san Lucas supuestamente pintó una imagen de la Virgen. En el siglo IV, la imagen llegó a España y fue escondida durante la invasión árabe en Extremadura. Siglos después, un pastor llamado Gil Cordero la encontró tras una visión de la Virgen. La imagen se trasladó al monasterio de Guadalupe en el siglo XIV y fue el rey Alfonso XI quien creó un priorato para su cuidado.

A partir de 1340, el lugar fue encomendado a los padres jerónimos hasta 1835. La devoción creció, siendo incluso llamado “paraíso” por la reina Isabel la Católica. Muchos reyes de España fueron enterrados allí. La Corona española y los conquistadores de América, incluyendo Cristóbal Colón, tenían una gran veneración por la Virgen de Guadalupe. Con el tiempo, el lugar decayó hasta que los padres franciscanos llegaron en 1908 para restaurarlo.

En 1928, Alfonso XIII le otorgó el título de “Reina de la Hispanidad”. La Virgen es la patrona de Extremadura. La historia de Guadalupe es una mezcla de tradición, devoción real y renovación por parte de los franciscanos, que han preservado su importancia hasta la actualidad.