La Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Sandoná tiene una historia que se remonta a la época prehispánica. Ubicada en el Departamento de Nariño, en la meseta de Paltapamaba, Sandoná es un territorio fértil gracias a sus suelos volcánicos y varias corrientes de agua que la riegan, algunas de las cuales nacen en el volcán Galeras.

Durante la guerra de Independencia, la ubicación estratégica de Sandoná la convirtió en un espacio político importante tomado y retomado por militantes realistas e independentistas. En 1861, el gobierno nacional se apropió de la hacienda de las Hermanas Conceptas de Pasto, lo que llevó a los moradores, indígenas y funcionarios de Pasto y de Popayán a iniciar los trámites para conformar un poblado. La solicitud llegó a manos del presidente Tomás Cipriano de Mosquera, quien la aceptó el 24 de noviembre de 1866. Las autoridades del Estado del Cauca bautizaron el nuevo asentamiento como distrito de Mosquera, el cual fue separado de la vecina población de Consacá.

El 30 de junio de 1868, se inauguró la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, su patrona. La construcción del templo se llevó a cabo con piedra volcánica sillar que los moradores recogieron de las zonas rurales cercanas o que sacaron del río El Ingenio. La arquitectura del templo refleja la influencia de estilos como el neogótico, que se evidencia en los detalles ornamentales, los arcos, las columnas y otros elementos decorativos que enriquecen su estructura. Estas características arquitectónicas no solo le confieren al templo una belleza estética. Uno de los principales atractivos del interior del templo lo constituye un Cristo gigante, tallado en madera, obra del reconocido escultor nariñense Alfonso Zambrano.